Esta mañana hemos estado trabajando los microrrelatos. Como ejemplo hemos utilizado un libro precioso Déjate contar un cuento, editado por Médicos sin fronteras. Las fotografías han inspirado a la tripulación (a unos más que a otros) haciéndoles entender que para contar una historia a veces sólo se necesita ver con los ojos del personaje o ser el que está enfrente, mirándolo.
Luego, hemos propuesto uno de los fotogramas de También la lluvia (el mismo para todos) y hemos abierto las ventanas de la imaginación. El primer valiente en echarse a volar ha sido Salvador, que se ha metido en la piel del conquistador español que cruza su mirada con el indígena.Nota del capitán: La pena es que se hayan tomado todos al pie de la letra lo de "micro"-relatos. ¡Qué se le va a hacer! Lo bueno si breve...
Navegar por la Red y a golpe de bits, en lenguaje binario, de cero y uno...no puede tener mejor alido que este ejemplo de microrrelato.
ResponderEliminarSalvador, estoy segura de que cuando Iciar Bollaín lo vea...se emocionará tanto como se ha emocionado Doña Díriga.
NO importa que un relato sea largo o corto, lo que importa es que cale, que transmita, que emocione.
ResponderEliminarFelicidades a esos creadores y ámino que lo hacéis muy bien.
Besos
¡Enhorabuena, Salvador, a todos nos ha gustado tu relato!
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